Eres un puto maricon de mierda!!! – No vales para nada!!! Dijo.
Ella después de haber visto la escena de cómo mi semen brotaba de mi pene de aquella manera, volvió a cerrar los ojos y en menos de un suspiro comenzó a correrse en la boca de Juan de una forma inusual. Le temblaba todo el cuerpo, eran como pequeñas convulsiones, sin duda esa boca le encantaba.